ENTREVISTA A RIAZOR BLUES

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El Fondo Marathon, Barrio Sésamo, los Blues, Boocky, Lendoiro, Europa, el Súper Dépor, el Centenariazo, el Deportivismo, el 30 de noviembre de 2014, la Marca Maldita, la rivalidad con Vigo, Grei Xentalla, Torcida Incansable, la mentalidad ultra, la Curva Máxika… Los Riazor Blues.

 

Treinta y cinco años de deportivismo que intentaremos condensar en las siguientes páginas.

 

  1. Acabamos de visitaros y descubrir con nuestros propios ojos que, lo que algunos dieron por muerto, la famosa Marca Maldita, no lo estaba tanto. ¿Qué impacto ha tenido para el grupo esta temporada en la tercera división de nuestro fútbol?

 

Esta temporada ha sido cojonuda. Partimos de la base de que una gran parte del grupo venía de cinco años con prohibiciones de acceso, y la vuelta a la grada fue apoteósica. Hemos crecido en gente, en animación, hecho diez viajes… Era algo que el grupo tenía pendiente, en las últimas décadas no habíamos sido muy viajeros. Los desplazamientos se concebían como una putada, y ahora ha cambiado. También ha favorecido la distancia, claro.

 

Además, tenemos un poco más de libertad, lo que se ha notado en los viajes, en la presión policial en nuestra grada, en que hemos podido tifar lo que hemos querido… Aunque en cuanto a permisos y demás sigue siendo igual, que si certificados ignífugos, que si esto o lo otro… Por ejemplo, estrenamos una nueva pancarta en la que ponía Curva Máxika y nos la prohibieron porque decían que tenía relación con nosotros. Pero dentro de lo que cabe, y sabiendo de dónde venimos, sí podemos decir que tenemos libertad entre comillas.

  1. ¿Cómo recibe una ciudad como A Coruña, con un equipo histórico y glorioso la 1 RFEF? Habéis superado los veinte mil socios…

 

Nos recuerda mucho al 2012, con el descenso a Segunda División. Fue una temporada parecida, con muchos viajes, un momento en el que sacar a relucir el orgullo. Aquí si las cosas van mal, en vez de tirarnos del barco, vamos a más. Y, además, este era el segundo año que estábamos en esta división, el primero fue mucho más desastroso, cuando casi bajamos a Tercera. Aunque, en realidad, con la pandemia y demás, es como si este hubiese sido el primer año.

 

  1. ¿Qué expectativas tenéis para esta temporada? ¿Creéis que puede empezar a cambiar la inercia?

 

La gente ha acabado triste porque no hemos conseguido el objetivo del ascenso, pero ilusionada por la nueva temporada. En el último partido se hizo un recibimiento que no se había visto ni en Primera, la gente se ha quedado con eso y va a responder, tiene muchas ganas. Hace muchos años, cuando ganamos la Liga, no había tanta gente en la calle, y estábamos ganando una Liga… Muchos de esos chavalillos que estuvieron ni siquiera han vivido la época dorada del Dépor, prácticamente solo han comido mierda. Quizá no lleguemos a los veinte mil socios, pero creemos que andará por ahí. Perdimos el partido, sí, pero en realidad hemos ganado.

 

  1. Echando la vista hacia atrás, ¿cómo creéis que ha evolucionado la juventud coruñesa a lo largo de estos 35 años y cómo se ha reflejado esto en el grupo?

 

En cuanto a captación de gente, el grupo no tiene nada que ver ahora con los inicios. Antes el ambiente era mucho más cerrado, y éramos, en su mayoría, gente mayor. Ahora es mucho más accesible, bastante marrón es ya meterse en un grupo ultra… La gente tiene ganas de entrar, sobre todo los jóvenes. Antes la gente joven no se interesaba tanto en el fútbol ni en el Dépor. Si veis fotos de cuando jugábamos la Champions estaba media grada vacía.

 

Cuando jugaba Bebeto la grada sí se petaba, pero la clave estuvo en cuando se hizo la grada nueva, teniendo que estar arrinconados varias temporadas. Ahí se perdió mucha gente por el camino. Primero fuimos a Marathon Superior en la 96/97, y en la 97/98 nos metieron en un lateral. Luego el Dépor ganó la Liga y eso volvió a enganchar a mucha gente. Pero jugábamos la Champions y no llenábamos el campo, incluso tampoco luchando por la Liga. Quizá la gente se acomodó al ver que siempre luchábamos por títulos.

 

  1. Tenemos curiosidad… ¿Queda en el grupo algún ultra que estuviera presente en 1987 en Marathon? Alguien que siga activo, que siga viajando de vez en cuando, que haga previas, que lo de todo en la grada….

 

Sí, alguno hay, y han pasado treinta y cinco años, eh. Obviamente no ha estado involucrado todo este tiempo, pero sí. A uno de ellos incluso le acaban de multar hace unos meses en Vigo. Empezó en esto con dieciséis años y hoy en día tiene la misma mentalidad que entonces. La gente suele estar aquí muchos años, pero claro, hay veces en las que, por circunstancias de la vida te vas, pero acabas volviendo. Hoy en día la buena salud del grupo es un reclamo para reengancharse.

 

  1. Antes de todo esto, ¿cómo era Fondo Marathon? ¿Qué te podías encontrar antes de aparecer Blues?

 

Existía una peña llamada Barrio Sésamo que siempre se ha entendido como el germen de Riazor Blues. Marathon era una grada repleta de gente de los barrios que venían a ver al Dépor. Estábamos en Segunda División y la gente, palo tras palo, empezó a juntarse, a llevar sus banderas, sus sábanas pintadas… Y vieron que podía haber otra forma de animar. Barrio Sésamo no era un grupo de animación, eran colegas que iban a Riazor y viajaban con el equipo, sin ningún tipo de coordinación, pero eran el espíritu del estadio. Su pancarta apareció aproximadamente en 1984, aunque no lo saben ni ellos a ciencia cierta, y se colocaban a la derecha del Fondo Marathon.

  1. ¿En qué momento nace Riazor Blues?

 

El encuentro que se puede marcar como punto de partida fue uno ante el Celta en el que perdimos por cero a uno aquí. Un jugador suyo se tiró como a dos metros del área, el árbitro pitó penalti y ganaron, quitándonos el ascenso a Primera y lográndolo ellos. Ya había habido incidentes en el partido de liga regular, pero en este fue brutal, hubo cargas contra la grada…

 

  1. Vuestro nombre siempre se ha considerado uno de los más originales del panorama estatal… ¿Cómo surgió?

 

Tiene un origen atípico. Viene de un artículo de un periódico que hablaba del Blues del Deportivo, en el sentido de canción triste o melancólica. Puedes asociarlo o pensar que es por nuestro color azul, pero en realidad no es así. Antes todo era Ultra no se qué, Frente tal… Menos Yomus o Boixos, todos eran nombres como muy de guerra, y de repente aparece Riazor Blues en ese contexto de tristeza, de derrota, en el que parecía que teníamos todo de cara para ascender y nos quedamos a las puertas. Y veníamos de otros desastres en Oviedo, Vallekas, Tenerife… No nos extraña que esa palabra, blues, signifique tristeza, porque podría ser la banda sonora de Riazor.

 

  1. En esta época también nace vuestra ‘mascota’ o logo, el cual habéis actualizado para este XXXV aniversario, el cual también usasteis en el XXV.

 

Sí, le llamamos Boocky, porque había un antiguo miembro del grupo que se llamaba así. Los chavales de la época lo vieron por ahí, todo empalmado, les gustó y lo cogieron para el grupo. Eran críos de dieciséis años con las hormonas desatadas, y así se quedó el logo, empalmado como un cañón.

  1. De esa época, en la que todo se hacía un poco a lo loco, han quedado imágenes de la antigua grada de Marathon adornada con alguna cruz céltica. ¿Qué estaba pasando?

 

Los primeros años fueron de una confusión enorme, y lo primordial era el Dépor. A la grada venía gente obrera de la ciudad, de aldeas de Galicia… Hasta los noventa era muy común que no se mirase nada. Además, había un grupo de gente, que luego creó Nikis Sur, que eran del Real Madrid, pero a los que les gustaba el movimiento ultra, y venían a ver a su ‘segundo’ equipo. Riazor Blues hizo entonces la vista gorda tanto para un lado como para el otro. Durante la primera temporada conviven cruces célticas con estrellas rojas. Había gente independentista y los otros elementos, que realmente no eran deportivistas.

 

Después Blues empezó a crecer y a tener conciencia política, y se cansaron de Nikis Sur, de las banderas de España, de las célticas…, y de que intentaran apropiarse de los logros del grupo, y la gente, que hasta entonces pasaba de todo, se empezó a molestar. Llegó un momento en el que secciones como Komando Barrikada o Frente Fouteza, claramente políticas, les acabaron echando a hostias, y a partir de la 90/91 el grupo empezó a tener más coherencia. Todo esto fue así, y no se puede esconder. De hecho, parte de los problemas que tuvimos con Herri Norte vinieron por esto, de que Celtarras les comiera la cabeza diciendo que éramos nazis, que éramos fascistas… Pero eso no era cierto, en aquel momento no había ninguna ideología política. Luego, gente del Frente Atlético nos criticaba y nos llamaba cambia-chaquetas, pero no se cambió ninguna chaqueta, porque nunca habían existido.

 

En su momento hubo también amistad con Ultra Boys, pero era una amistad construida por carta y por rivalidades comunes, ya que nosotros odiábamos al Oviedo y ellos al Celta. Había elementos comunes, pero eran muy frágiles. Hasta el momento en el que nos juntamos las dos peñas en 1991, cuando Blues ya era un grupo político, suponiendo que íbamos a ser amigos, y acabamos a hostias. Llegó a haber hasta un fotomontaje conjunto, pero todo acabó cuando fuimos a Gijón.

 

Aquí queremos reseñar que Riazor Blues destacó por los desplazamientos en sus inicios y fuimos los que viajamos primero contra el Atlético, el Sporting… Menos con Ultras Sur y los del Betis. Ultras Sur fue el primer grupo ultra que vino a Coruña. Vinieron muchísimos skins con esvásticas, célticas… Una gente que aquí no habíamos visto en nuestra vida. Decíamos: “¿Pero esta gente de dónde sale?”. Les metieron en la grada especial de niños. Hubo muchísimas peleas por el centro, por el paseo marítimo… Era un grupo duro.

 

  1. Poco después de vuestro nacimiento llega Lendoiro al palco, y también las SAD. Para una persona que lo ve desde fuera, parece una relación condenada al fracaso. Sin embargo, las relaciones han sido buenas, y se sigue reivindicando su figura. ¿Por qué?

 

Sí, llegaron las SAD y él, en 1995, aunque suene raro, quiso que el club fuese de los socios e intentó que el accionariado del Deportivo estuviera muy repartido, aunque la mayoría era de su entorno. Nosotros también compramos acciones en una primera fase, pero después empezaron a entrar empresas de forma libre. Nuestra relación con Lendoiro fluctuó, primero fue buena, luego se torció y después volvió a ser buena. Siempre estuvo muy cerca del grupo, fue un presidente muy entrañable en ese sentido. Hay mil anécdotas de viajes, como de repente estar a las siete de la mañana en Donosti en 1992, encontrarse a chavales tirados por la calle y pagarles el hotel… Era un presidente muy accesible. Hubo momentos de tensión, pero en general la relación ha sido muy positiva.

 

  1. Llegó en una situación delicada y os llevó a Primera muchos años después y a la Final de Copa del 95 contra el Valencia. ¿Cómo la vivió el grupo?

 

Llevábamos diecisiete años en Segunda División, llegó Lendoiro, reestructuró el equipo, lo mantuvo en Primera División y en 1992 llegan los brasileños como Bebeto o Mauro, que cambiarían completamente la historia del club.

 

Esta se jugó en Madrid, en el Bernabéu. Organizamos un tren para mil quinientas personas. De repente, Riazor Blues era un grupo muy numeroso que se vio ante un reto enorme como era organizar el viaje de una final. Ahora los grupos tienen más infraestructura, más información, más herramientas… En ese momento se gestionó a través del club, que habló con Renfe para poner el tren, mientras nosotros nos preocupamos de las inscripciones en la sede del Parrús, donde hubo colas durante dos días. Apuntabas a la gente, les cobrabas dos mil quinientas pesetas y les dabas un recibí. Fue una locura. Por cierto, poca gente lo sabe, pero a esa final vino gente de la sección Red Star del Frente Atlético, de Bilbao, alguno de Boixos Centre

  1. Poco después llegaba el Euro Dépor… ¿Cómo afrontaba el grupo las competiciones europeas?

 

El primer viaje organizado que hizo Blues por Europa fue un poco antes, en 1993 a Birmingham contra el Aston Villa en una fase previa de la UEFA. Fueron unos veinte chavales, que volaron a Londres, y de ahí a Villa Park. Después vinieron los de la Recopa de la 95/96. Fuimos a Zaragoza en cuartos, aunque primero vino aquí el Ligallo. Nos enteramos de que antes de venir habían hecho una reunión para votar qué tipo de banderas traer, y salieron las constitucionales. Daba igual, se sabía que iba a haber hostias de cualquier modo. Luego en Zaragoza la policía y el Frente Atlético estaban con ellos, y hubo varias cargas. La policía no nos pegó mucho en ese momento, pero después, cuando cantamos ‘Nos vamos a follar a la virgen del Pilar’ casi nos matan, les pareció fatal.

 

Para las semifinales fuimos un bus a París. Fue el viaje en el que los del PSG, creo que la KOP of Boulogne, nos reventó los cristales del autobús. El conductor se perdió, nos metió en un parque donde estaba toda esta gente y nos empezaron a lanzar de todo. Lo que no sabían es que dentro del bus iban dos ultras del Marsella que habían aparecido por allí sin ninguna razón aparente. Luego volvieron el año siguiente a un partido en Compostela y a partir de ahí empezó un poco la relación.

 

En Champions había poca organización para viajar, era carísimo y la gente no se lo podía permitir. El mejor desplazamiento fue contra el Oporto en la 03/04. Bajamos allí unos cinco mil deportivistas, y el grupo al completo. Años antes hubo acercamiento con Super Dragoes en un partido de pretemporada. De hecho, cuando fuimos a París y Zaragoza llevamos su pancarta. Luego aquella relación se perdió, pero sí que se mantuvo con la gente del Colectivo, que seguía viniendo a los derbis contra el Celta y estuvimos en una final de Copa con ellos. Decían que su inspiración habíamos sido nosotros, pero el contacto se acabó perdiendo también.

 

  1. Y, sin duda, el que puede ser uno de los días más grandes para el grupo y el deportivismo… El Centenariazo

 

El proceso de ganar la Liga fue mágico. Pero sí, hablando de noventa minutos, este fue el mejor partido de la historia del Deportivo. Contra el Madrid, en su casa, siendo minoría… Fuimos veintitrés buses. El Dépor trabajaba con una empresa de buses llamada Vázquez y dos días antes de la final nos dijo que a los Blues no nos llevaba. Entonces Lendoiro llamó al jefe, le metió a su despacho y le dijo que o nos llevaba o le rompía el contrato con el Dépor, así que no les quedaron más cojones. En la grada había muchísima tanta tensión y tanta rabia… Habíamos perdido ya la final sin jugarla, todos daban al Madrid como ganador claro.

 

Una vez que el grueso del grupo estuvo dentro, diez minutos antes del partido apareció Ultras Sur en el Fondo Norte y unos cincuenta que quedaban fuera tuvieron que meterse en un bar a protegerse. A la salida venían en grupitos a buscar gente. En la primera final de Copa viajamos en tren, y nos pillaron desprevenidos. Por eso en este día lo hicimos al revés, y nos organizamos. Los que vinieron a buscar a gente suelta ese día sí que recibieron por todos los lados.

 

  1. Pero cuando más arriba estabais, llega la muerte de Manuel Ríos, y la disolución del grupo. ¿Qué ocurrió aquella noche?

 

Ese día fue festivo en Coruña y viajó muchísima gente, pero no había pasado absolutamente nada, ni antes ni durante el partido. Este acabó y había mucha gente que curraba al día siguiente, pero la policía no nos dejaba salir. Se empezó a hacer presión para salir y empezamos a hostias con la policía, que ese día recibió. Hubo cargas brutales, y a día de hoy sigue sin saberse o entenderse por qué esos aficionados del Deportivo se pelearon, ni qué es lo que pasó realmente. Fueron elementos individuales que se pegaron allí o se podían haber pegado en otro lado.

 

Fue un momento muy duro, la muerte de un deportivista que se quiso achacar al grupo, con mucha repercusión a nivel mediático. Tuvimos un bajón muy grande, y técnicamente se había disuelto el grupo. La gente seguía yendo a la grada, pero no se ponía pancarta, hasta que unos meses después vimos que no tenía ningún sentido.

 

  1. ¿Qué os empujó a ‘volver’ manteniendo el mismo nombre y estructura?

 

En un primer momento se tomó la decisión de disolver el grupo y luego se repensó, viendo que seguíamos en la grada y que el Deportivo estaba en un buen momento. Volvimos el día del Milán, en el que se organizó una comida de sesenta o setenta personas para ver con qué nombre se volvería. Unos decían Hooligans RCD, otros otra cosa… Hasta que uno dijo: “Pero qué Hooligans ni qué pollas, aquí somos Riazor Blues y hoy colgamos la pancarta”. Desde ese día se volvió, ya que estaba siendo lo mismo, pero sin pancarta, y parecía que nos estábamos auto inculpando de algo que no habíamos hecho, pese a que la prensa nos acusase. En esta época entró en juego el relevo generacional y se empezó a organizar de verdad el grupo, aunque la transición se hizo poco a poco.

  1. Tras esta transición y el descenso a Segunda de la 10/11 volvéis a Primera en la que se puede considerar como una nueva época dorada del grupo. ¿Qué destacáis de estas temporadas?

 

Sí, estuvimos a un nivel muy alto de desplazamientos. Fuimos dos buses al Bernabéu, a Bilbao… Viajes que teníamos pendientes desde hacía años. También fuimos a Málaga, a Gijón… Con números muy altos y gente muy comprometida.

 

  1. Pero el destino os golpea, y llega el fatídico 30 de noviembre de 2014, la ‘Marca Maldita’, las portadas en periódicos y la apertura de telediarios ¿Cómo afecta al grupo y a la relación de este con el deportivismo y la ciudad?

 

Coruña nos echó a los perros. Asesinaron a nuestro hermano, pero intentaron matar al grupo. Los medios de comunicación y el club nos señalaron desde el primer minuto. Estábamos entonces en una dinámica de mucha actividad y fue como romper con todo. Acabaron siendo ochenta y ocho multas de 60.001€ y cinco años sin entrar, y cuarenta detenidos.

 

Después, en 2015, empezaron a llegar las prohibiciones y perdimos la grada, desapareciendo toda una generación. Hasta 2017 fue horrible, tuvimos previas de ser diez personas, de pensar: “¿Qué cojones hago yo aquí?”. Pero a partir del XXX Aniversario el grupo comenzó a crecer otra vez, tras el viaje a Oporto.

  1. Queríamos hablar ahora de vuestra rivalidad por excelencia: Vigo. ¿Cómo han evolucionado los derbis desde el nacimiento del grupo? ¿Hay alguna diferencia entre la etapa Celtarras y la etapa Tropas de Breogán?

 

Antes los derbis eran un descontrol, era todo muy anárquico. Por ejemplo, en la 90/91 se arrasó Vigo, nos metimos en el fondo de Celtarras, no había policía… Ahora hay que prepararlo todo muy bien. La relación no ha cambiado, ya haya sido con Xuventudes Celestes, Celtarras o Tropas, es una rivalidad futbolística. Ellos siempre han sido los abanderados del independentismo gallego, nosotros siempre fuimos los ‘españoles’, ya que nos echaban en cara esas banderas de los ochenta. Celtarras han sido siempre más políticos, eran menos, pero con las ideas más claras. Nosotros hemos sido más futboleros, la gente aquí no entraba por política, entraba por fútbol y luego se les intentaba concienciar. Aun así, siempre ha habido espacios comunes, como los partidos de la selección, el día de la patria, conciertos… En uno de ellos, organizado por Siareiros Galegos en Carral, sí que se lió una buena entre los dos grupos, pero normalmente ha habido respeto.

 

  1. Vosotros sois los turcos, ellos los portugueses. Hay mucha gente que no conoce el origen de estos apodos…

 

El tema de los vigueses está claro, están al lado de Portugal y la matrícula de los coches de Pontevedra con la PO… Era muy fácil. Lo de los turcos sí da para mucho, ya que hay varias leyendas urbanas. Una dice que el bus que llevaba al Deportivo era de la empresa Tour-Coruña y de ahí viene lo de Tur-Co. También se dice que había una peña que se llamaba Los Resentidos que decían que no eran gallegos, que eran turcos, y de ahí también lo cogieron. Si nos llamaban turcos, pues éramos turcos, y hubo un tiempo en el que la bandera y camiseta turca estuvieron muy de moda en Riazor.

  1. ¿Qué opinión y participación habéis tenido en el proyecto de Siareiros Galegos?

 

En la temporada 95/96 se comienza a fraguar el proyecto, y desde la organización se tiene en cuenta a nuestro grupo para su puesta en marcha, pero tras varias asambleas el grupo decide no participar para no compartir espacio con la gente de Celtarras. No participamos, pero siempre apoyamos y promovimos la creación y la oficialidad de la Selección Gallega.

 

  1. A raíz de esa decisión nace otro grupo en Riazor: Grei Xentalla. Años después también tuvimos a Torcida Incansable. ¿Qué nos podéis contar desde su nacimiento hasta sus disoluciones?

 

Grei Xentalla se funda tras la comentada reunión en la que se decide no formar parte de Siareiros. Hubo gente que salió muy contrariada y formó Grei Xentalla en la 95/96. El núcleo más político se marchó y al principio hubo tensión y tiranteces, pero con el tiempo se fueron limando, llegando incluso a viajar juntos. Con el tiempo se trasladaron al fondo contrario, donde se fueron diluyendo y desaparecieron tras unos cinco años. Muchos después volvieron a Blues.

 

Torcida Incansable fue un grupo de animación que apenas tuvo repercusión en Riazor. Aprovecharon el mal momento del grupo a raíz de lo acontecido en Compostela en 2003 y tras unos meses de actividad, con la vuelta de Riazor Blues al fondo, estos desaparecieron.

 

  1. Saliendo de Galicia, el norte siempre ha brindado buenos partidos de fútbol embarrado, grandes invasiones… ¿Cómo han sido vuestras rivalidades en el Cantábrico?

 

A Coruña por su localización geográfica es un sitio complicado desde donde desplazarse, por lo que los viajes más numerosos tanto de la afición deportivista como del grupo han sido siempre en el norte del Estado.

 

En Asturias nuestra rivalidad más enconada es con el Sporting de Gijón, lo que casi se podría considerar como un derbi en los últimos años teniendo todos los ingredientes de este. Viajes masivos de ambas aficiones y encontronazos entre ambos grupos en las dos ciudades. En Cantabria, la relación con Juventudes, con los que años atrás había cordialidad, se truncó en la 11/12 en la cual hubo incidentes en Santander y A Coruña. Estas últimas temporadas hemos hecho varios desplazamientos en los que, especialmente el año pasado, se ha acrecentado la rivalidad. En Euskadi la única rivalidad que existió fue con Herri Norte, con quien hubo diversos incidentes desde la 95/96 hasta 2014, cuando el asesinato de Jimmy supuso un punto de inflexión en la relación.

 

  1. Precisamente en Euskadi nació vuestra amistad con Tripustelak Taldea, al mismo tiempo que la de vuestros vecinos con Herri Norte. Llegasteis incluso a colgar ‘juntos’ la pancarta en una ocasión…

 

La relación con los grupos de Bilbao comenzó en la 90/91 con Tripustelak Taldea en un viaje a San Mamés. Pese a que se centralizase más la relación con la gente de Tripustelak, en ese momento también había contacto y afinidad con miembros de Herri Norte Taldea. A partir de ahí, los viajes de gente de Tripustelak a Coruña y viceversa eran habituales, incluyendo a gente de HNT.

 

Respecto al partido que comentáis, fue en un Sporting – Athletic. La gente de Norte Xixón nos consiguió las entradas a todos y tuvieron que mediar para que no pasara nada. Celtarras colgó su pancarta junto a la de HNT y nosotros la nuestra junto a la de Tripustelak.

 

  1. Hablando ahora de amistades, hay varias ciudades que han tenido importancia a lo largo de estos años: Sevilla, Xerez, Pamplona y Vallekas. ¿Cómo nacen estas amistades? ¿Cómo han envejecido?

 

En cuanto a Sevilla, el primer contacto se toma al acudir uno de sus miembros al derbi contra el Celta en la 90/91. En la temporada siguiente, ambos grupos realizan los correspondientes desplazamientos, y esa amistad personal pasa a una amistad entre grupos. En la 91/92 jugamos el playoff por la permanencia contra el Betis dejándoles en Segunda, lo que fortaleció dicha amistad. Desde ese momento fueron constantes los desplazamientos de miembros en derbis, finales de Copa, partidos europeos… Hasta casi nuestros días. En 2017 la relación se cortó y ahora no existe relación como grupo entre Biris Norte y Riazor Blues.

 

Respecto a Xerez, la relación con el Kolectivo Sur viene dada de la mano de la buena relación con Biris Norte. En la previa de un Sevilla – Betis coincidimos con gente del Kolectivo y entablamos amistad. Tal es así que en el próximo Sevilla – Dépor los miembros del grupo desplazados deciden pasar esa noche post partido en Xerez, donde la amistad pasó a un mayor grado. Al poco tiempo el buen trato recibido fue correspondido al coincidir en Primera. Ambos grupos viajamos a sendas ciudades, lo que reforzó esa relación, que llega a nuestros días.

 

Sobre Pamplona, la relación comenzó a principios de milenio tras varios viajes de Indar Gorri a Riazor a animar a Osasuna. Al principio fue un trato personal, pero luego fue a más. Con el cambio generacional de ambos grupos se han vuelto habituales las visitas entre ambos, reforzando la amistad.

 

Hablando ahora de Vallekas, acabamos de cumplir veinte temporadas compartiendo nuestra manera de vivir el fútbol. Una amistad que viene dada gracias a un miembro de Blues Madrid, el cual entabló confianza con Bukaneros. Vallekas y Coruña siempre han tenido una relación muy estrecha. Varios han sido los miembros de Bukaneros que residieron (y residen) en nuestra ciudad, lo cual ha hecho que esta sea una relación más cercana: aniversarios, viajes, Karmelas y un sinfín de anécdotas en estos veinte años de parranda…, y los que quedan.

 

  1. Volviendo a Blues, una de las cosas que más llama la atención es que, junto a Sevilla y Cádiz, fuisteis de los primeros grupos de izquierdas en reivindicar el término ‘ultra’. ¿Cuándo ocurrió? ¿Por qué?

 

La primera vez que se tiene constancia de que se utilizó la palabra ‘Ultra’ es en el fanzine Curva Máxica de septiembre de 1989. Sin embargo, era algo residual, ya que el grupo se denominaba como ‘Supporters’. Hasta mediados o finales de los noventa no se utilizó en pancartas o banderas. Dentro de Blues siempre hubo gente que no compartía que los grupos antifascistas no pudiesen denominarse así, como pasaba en Francia o Italia, pero tras echar a Nikis Sur se asociaba esta palabra con esta gente. Luego te das cuenta de que la etiqueta no importa tanto, y sí lo que haces en el día a día, hasta que se rompe ese tabú y en la temporada 99/00 se cuelga la primera pancarta con el lema ‘Ultra’, con fondo azul, letras blancas y dos retratos del Ché Guevara en sus laterales.

27. Siempre decimos que un elemento central de la cultura ultra y de un grupo es el fanzine, y vosotros habéis tenido uno de los más míticos, el Curva Máxika. Habladnos de él. ¿Lo volveremos a ver?

 

El primer número del fanzine data de septiembre del año 1989, y constaba de cuatro páginas con el calendario de Liga, la alineación del Deportivo y un artículo titulado ‘Amistad, nunca jamás’, donde se declaraba que no se quería saber nada de todo lo que tuviese que ver con Vigo. Era una época en la que el grupo empezó a crecer y el boca a boca ya no servía para hacer llegar a todos los miembros los valores de este, por lo que se decidió empezar a editar el Curva Máxika. Siempre fue un fanzine que destacó por su humor y sirvió para mantener la cohesión en el grupo.

 

A partir de ahí comenzó a hacerse habitual que en la grada la gente más joven estuviera repartiendo copias del fanzine del grupo en el descanso por cien pesetas. En él se hablaba de los viajes y actividades del grupo, quedadas, movimiento ultra y hooligan en el resto de Europa, material, apartado de correos, colaboraciones…

 

Se editó durante diecisiete años de manera continuada con una periodicidad mensual, y tras un parón volvió a editarse hasta 2014. En 2017 volvieron a sacarse algunos números y esta temporada la gente más joven ha vuelto a retomarlo con la intención de empezar a sacarlo de manera periódica y continuada. Curva Máxika es una parte esencial de la historia de Riazor Blues y esperemos que nos vuelva a acompañar durante muchos años.

 

  1. En vuestra ciudad también se editó durante unos años el fanzine generalista ‘Torcida Antifeixista’. ¿Quién lo editó?

 

Este fanzine viene de un miembro perteneciente a la sección Explosión Galaica. Fue un proyecto creado en 1995, donde la edición corría a cargo de miembros de Riazor Blues, pese a que era un fanzine que se prestaba a recibir colaboraciones de miembros de grupos antifascistas de todo el Estado y que tuvo bastante buena acogida, sobre todo en sus comienzos.

 

  1. Hablando de las secciones, ha habido algunas que han tenido mucho peso en el grupo. ¿Cuáles han sido las más importantes? ¿Se mantienen a día de hoy a nivel organizativo?

 

Desde sus inicios el grupo ha contado con diferentes secciones, desde Foucellas o Los Suaves, que son de las más antiguas, hasta Chorbitos, que es de las más actuales. Hoy en día la única activa es esta, la cual engloba a la gente más joven. El resto nos organizamos a través de una asamblea en la cual, la gente más activa del grupo organiza y decide sobre el rumbo que este debe seguir. Luego hay diferentes comisiones como puede ser Mataos Rcd que se encarga de los tifos, otra para asuntos sociales, organización del local…

 

El local siempre ha sido un punto clave en la organización del grupo. Desde el Parrús, que fue uno de los primeros puntos de reunión. Posteriormente nos trasladamos a la zona de Peruleiro, donde vivió una de sus mejores épocas. Sirvió como lugar de unión entre generaciones, además de para tifar, entrenar o simplemente echar unas birras. Actualmente tenemos un local en el que realizamos las previas, además de la vida diaria del grupo. Para nosotros es un elemento importante, ya que gracias a él hacemos que nuestra actividad no se limite a los días de partido, sino que sea algo diario que cree un nexo de unión y confianza que luego se ve reflejado en la grada y en los viajes.

  1. Para terminar, queríamos preguntaros sobre el mural que inaugurasteis en Fondo Marathon, del que ya hemos hablado en el artículo anterior. ¿Cómo nació la idea? ¿Qué ha significado para el Deportivismo?

 

En las últimas temporadas hemos tenido varias pérdidas de personas tanto del grupo como cercanas, y creemos que era necesario un lugar donde recordarles. Esta iniciativa, que se creó bajo el nombre de ‘Semente Deportivista’ busca que todo aquel que haya perdido a un compañero de grada, amigo o familiar que cultivó esa semilla tenga un espacio donde honrarlo y recordarlo. Fue una iniciativa ampliamente respaldada por la afición, y cada quince días se puede ver el mural acompañado de fotos de deportivistas que nos han dejado, pero que, de este modo, seguirán presentes en Riazor en cada partido.

 

Por treinta y cinco años más: Sempre en loita!